miércoles, 13 de agosto de 2008

Tiempos olímpicos


La idea era realizar un post sobre el priapismo, pero realmente se hace inevitable comentar algo sobre los tiempos olímpicos por los que estamos transcurriendo.

Como ustedes sabrán, últimamente el mundo deportivo da vueltas en torno a la gran ciudad de Beijing, la sede olímpica de este año.

En medio de millones de mentiras, fraudes y niñas gorditas que no pueden cantar en la ceremonia inaugural pese a su talento, sin duda, el gran personaje de estos juegos olímpicos de Beijing 2008 es el estadounidense Michael Phelps, quien se ha colado en lo más alto del podio en todas las competencias referidas a la natación en las cuales ha participado.


Pero como ustedes están acostumbrados, Kowalsky Web no hablará de la imponencia del atleta, de sus grandes virtudes y condiciones, ni de los tantos records con los cuales se está adueñando. Todo lo contrario.

Como es común, hablaremos una vez más de la mediocridad. Y cuando decimos mediocridad y natación y juegos y olímpicos decimos Eric Moussambani. En realidad no decimos eso porque no lo conoce nadie, pero quizá alguno pueda recordar aquel extraño episodio en el año 2000, durante el desarrollo de los juegos olímpicos de Sydney, cuando un nadador guineaecuatorialense (nacido en Guinea Ecuatorial, es como ecuador pero en África, creo) concentró la atención de todos los medios, pero no exactamente por su desempeño.

Este fenómeno del olimpismo, se presentó a una de las tantas competencias que ofrece la natación como deporte representando a su desconocido país... ¡Pero no sabía nadar! De hecho hacía pocos meses se había iniciado en el deporte, practicando en una piscina de 22 metros (nunca había visto una de 50). El anormal, metió 1.52 minutos en recorrer los 100 metros libres, mientras que el record en ese entonces se encontraba por los 48 segundos. Aún así, a Eric no le fue tan mal... véanlo ustedes mismos.


La capacidad de asombro no tiene límites