Las puertas

 

Imaginá que vas al viejo Show del Mediodía a participar en el juego de las puertas, esta vez, algo modificado: 3 puertas en total de las cuales sólo 1 tiene un auto (para darle más realismo pueden pensar que el premio era un pack de yerba Armiño), mientras que las restantes permanecen tan vacías como el espíritu creativo del conductor del programa.

 

 

Cuando te presentás al concurso, la producción del programa te informa las instrucciones: El juego consiste en elegir 1 de las puertas al azar (aparentemente son las 3 iguales), y en determinado momento Cacho abre una de las otras 2 puertas y te muestra que está vacía. Previo a conocer tu suerte, el conductor te pregunta si no preferís cambiar tu elección (no sin antes meter 5 chivos al hilo, cerrando con Via Confort… todo un clásico). Lo único, es que te exigen que decidas antes de salir al aire cuál será tu elección ante la pregunta de Arturo de la Cruz sobre si preferís cambiar o no de puerta.

 

Según las instrucciones:

 

¿qué es preferible, elegir el cambio de puerta o quedarse con la primera elección hasta las últimas consecuencias?

 

 

Respuesta:

 
1º caso: Te quedás con la puerta que habías elegido en un principio. Las chances de acertar con la puerta ganadora desde la primer elección son de un 33%. Aunque ves que Cacho te muestra cuál otra puerta está vacía, tu decisión fue quedarte siempre con la misma, por lo cual la probabilidad de ganar no cambia: 33%
 
2º caso: Cambiás de puerta. Cacho muestra la puerta vacía, y te propone el cambio (ya habías decidido cambiar tu elección a priori ante la pregunta). En este caso, la elección es única (se supone que no sos suficientemente imbécil ni desconfiado para elegir la puerta que ya habías visto vacía). Cambiás de puerta, y las probabilidades de ganar en este caso son 50% (o elegiste la ganadora al cambiar ó la abandonaste)

 

Conclusión:

 

Es probable que el aberrante canto “¿Qué será, será? Será lo que deba ser, la vida te lo dirá…” te genere un deseo de destrucción generalizado que haga casi imposible concluir en forma amena y racional la grabación del programa… pero para todos los que creen poder sortear esta vomitiva situación, si desean contar con mejores chances, recuerden: elijan cambiar de puerta.