Don Heber Enrich

          El pasado miércoles 21 de noviembre, en el contexto de la vigésimo tercera entrega de los Premios Kowalsky de la Academia ®, el señor Heber Enrich fue galardonado con una mención especial en el rubro Personajes del Año. A continuación se detalla una pequeña reseña biográfica de dicho protagonista.

Retrato de Heber Enrich. 1994, óleo sobre lienzo. El él se logra ilustrar su indiscutido parecido a Richard Nixon, lo cual suele incitar ciertas confusiones en el público en general. 

          Arquetipo de profesor por antonomasia, eso incluye la cualidad de aburrido dentro de sus peculiaridades académicas.
          Gran tío; no así de magnífico en su labor como padre. Sus numerosos sobrinos siguen disfrutando jovialmente de retorcer el pellejo sobrante del rostro de su tío, moldeándolo e induciendo a humillantes muecas involuntarias en él. Dicha tarea proporciona una barata pero efectiva diversión para los más pequeños de la familia.
          Ha ganado el respeto y la admiración por parte de la familia de su esposa (y de la suya propia) debido a sus notables imitaciones de Sandro en las distintas reuniones familiares, tales como la de Navidad o las Pascuas.
          Excelente expositor de muletillas; especialista más que nada en el clásico “ehh…”® que separa las partes que componen sus fluidas y extensas oraciones al explayarse en forma oral.
          Su parecido a Richard Nixon (innegable a partir de sus 54 años de edad) hace de su aspecto físico global algo cuasi interesante, sin dejar de lado su relativa elegancia al caminar.
          La pasión por los automóviles (hoy día conduce un furgón Opel del año 62 que conserva inmaculado) ha causado en su matrimonio varias discusiones. Pese a esto, su notable desempeño como amante fidedigno e incondicional ha perpetuado su relación amorosa de forma excepcional, en el marco del concubinato.
          Su nombre obedece a una respetada tradición familiar, en la cual a cada descendiente varón se le resta la última letra del nombre de su progenitor; así es que su padre se llama Hebert, su abuelo Heberto y así sucesivamente (Matt Payne puede proporcionar información extra sobre esta práctica enrichiana, incluso pudiendo aportar un basto archivo gráfico, que incluye numerosos retratos de dicha familia). En 1996, Heber logra completar el 67% de su árbol genealógico, llegando a un antecesor cuyo nombre de pila constaba de 135 caracteres.
          Durante su juventud supo destacarse como vendedor de retretes; fue ponderado por sus superiores, que lo nombraron Empleado del Mes en enero de 1964, mientras el resto de sus compañeros de trabajo vacacionaban. También supo destacarse como jugador de bochas, llegando a conquistar incluso el título de vicecampeón en el Torneo de Verano de Tranqueras en el año 1976. Este reconocimiento lo posiciona como un gran exponente de dicha disciplina, llegando a alcanzar el número 367 en el ranking de los mejores jugadores uruguayos de ese año.

Más información sobre Heber Enrich puede ser aportada a aquellos que deseen ampliar los horizontes del conocimiento sobre éste magnífico personaje.

(Nota: Matt Payne y Sr. Imparatta también han formado parte de esta pequeña reseña biográfica, aportando diversa información obtenida en sus arduas tareas de investigación en pugna de un acercamiento al a la figura de Heber Enrich).